¿RECUERDOS REALES O SOLO SUGESTIÓN?
REGRESIONES
¿Realmente
se puede recordar un hecho olvidado ocurrido en la niñez? ¿De qué
sirve revivir un abuso sexual o un episodio traumático que por algo
la memoria le echó tierra encima?
Cada día más personas acuden a
expertos en regresiones a la infancia para encontrar el origen de
alguna enfermedad crónica, fobias o síntomas emocionales que no
mejoran con ningún tratamiento. Y esto es lo que les sucede en este
viaje express a la memoria.
la mayoría de los pacientes llegan buscando aliviar crisis de pánico, fobias y dolores crónicos que han arrastrado por mucho tiempo y que al tener un componente psicológico importante logran un buen resultado con la hipnosis.
Se utiliza una técnica de regresión a la infancia, en que por medio de un trance hipnótico la persona vuelve a revivir experiencias significativas de sus primeros años para modificar las emociones que estas le produjeron. “Durante los primeros 7 años de vida se construyen las bases de la vida emocional.
Cada día más personas acuden a expertos en regresiones a la infancia para encontrar el origen de alguna enfermedad crónica, fobias o síntomas emocionales que no mejoran con ningún tratamiento. Y esto es lo que les sucede en este viaje express a la memoria.
Se utiliza una técnica de regresión a la infancia, en que por medio de un trance hipnótico la persona vuelve a revivir experiencias significativas de sus primeros años para modificar las emociones que estas le produjeron. “Durante los primeros 7 años de vida se construyen las bases de la vida emocional.
Llegan numerosos casos de mujeres con fibromialgia, un tipo de dolor muscular crónico cuyas causas no suelen ser detectadas por radiografías y exámenes. Un porcentaje importante de estas pacientes vivió episodios de abuso sexual en su niñez cuyo recuerdo estaba difuso o, incluso, borrado.
En la mitad de los casos está el abuso sexual infantil como uno de los factores etiológicos. La relación entre fibromialgia y abuso sexual ha sido estudiada en Estados Unidos, donde un estudio encontró que cerca de 50% de mujeres con fibromialgia lo sufrieron en la niñez.
También es frecuente en mujeres que vivieron maltrato físico. Muchas no lo recuerdan, porque algunos eventos muy traumáticos, como un abuso sexual, a veces quedan borrados del consciente por mecanismos de defensa.
En la mitad de los casos está el abuso sexual infantil como uno de los factores etiológicos. La relación entre fibromialgia y abuso sexual ha sido estudiada en Estados Unidos, donde un estudio encontró que cerca de 50% de mujeres con fibromialgia lo sufrieron en la niñez.
También es frecuente en mujeres que vivieron maltrato físico. Muchas no lo recuerdan, porque algunos eventos muy traumáticos, como un abuso sexual, a veces quedan borrados del consciente por mecanismos de defensa.
Patricia,
comerciante de 49 años y paciente, hace dos meses,
tenía fibromialgia desde muy joven y todas las mañanas despertaba
como si la hubieran apaleado: con sus músculos rígidos y
adoloridos. Tenía que tomarse varios minutos para poder mover las
piernas y levantarse de la cama.
Pero lo más limitante eran las
crisis de pánico que sufría hace 30 años y que le impedían entrar
a un mall, subir a un ascensor, al metro, a una micro, a un avión.
Solo se movilizaba en auto si era ella misma la que lo manejaba.
Había pasado por más de 10 sicólogos, siquiatras, terapeutas y
médicos sin lograr mejorarse.
Patricia acudió a la consulta del
hipnólogo Boris Araos. En su primer encuentro le habló sobre las
fobias y la fibromialgia que la aquejaban y le contó que había
tenido una infancia dura, con un padre que la golpeaba. Agregó que
recordaba, vagamente, un abuso sexual de parte de un amigo de la
familia cuando tenía 5 años, pero que tenía la sospecha, aunque no
la certeza, de haber sido abusada por su padre también.
En la
segunda sesión, Boris Araos le hizo una primera hipnosis para
enseñarle algunos ejercicios de relajación que debía repetir
cuando le viniera una crisis de pánico. Y en el tercer encuentro le
propuso hacer una regresión, para que Patricia viera cómo era y
cómo se sentía a los 5 años.
Patricia
se recostó en el sillón y cerró los ojos. El hipnoterapeuta le
dijo que se concentrara en el ritmo calmado de su respiración.
–Ahora
te vas a imaginar una escalera. Vamos a contar del 10 al 1 y vas a
bajar por esta escalera, cada vez más profundo, hacia tu pasado. Y
cuando llegues al 1, vas a llegar a un puente. Vas a atravesar ese
puente y al otro lado te vas a encontrar con la niña que fuiste a
los 5 años. 10.., 9.., 8…
Patricia,
como si estuviera en un sueño muy vívido, sentía el sonido de sus
pasos y veía los escalones, mientras descendía por un pasadizo
oscuro.
–3..,
2.., 1…
Cuando
Araos terminó la cuenta regresiva, Patricia se vio al inicio de un
puente de madera. Lo atravesó y entonces experimentó lo que ella
solo puede describir como “saltar al otro lado”. Un estado de
trance en que cruzó el umbral de su propia memoria. Ahí, al otro
extremo del puente, se encontró con una niña de 5 años que estaba
sola y la miraba con cara de miedo y pena. De inmediato se reconoció
a sí misma.
–Dime
lo que ves– le dijo Araos.
–Veo
una niña que está asustada y muy sola, que tiene una mirada de
desolación, y que no juega. Que estuvo desprotegida mucho tiempo,
maltratada y no sabía por qué le pasaban esas cosas– respondió
Patricia y comenzó a llorar.
–Ahora
calma a esa niñita y dile que no está sola, que tú la vas a
proteger a partir de ahora– le dijo el doctor.
Patricia
le habló a la niña y la tomó en brazos para tranquilizarla, tal
como abrazaba a su hija cuando era pequeña.
Luego,
Boris Araos la hizo volver con delicadeza del trance.
–Doctor,
¿por qué no hice esto antes?– preguntó Patricia.
–Todavía
es tiempo. Tú puedes ayudar a esa niña, como lo hiciste recién.
Ese
día, al volver a su casa, Patricia lloró mucho. “Fue duro, porque
me hizo recordar y entender que esa niña asustada seguía dentro de
mí y ese miedo infantil es el que me ha tenido así todos estos
años”, dice. La mañana siguiente tuvo en la ducha una crisis de
pánico. Esta vez Patricia reaccionó de otra manera. “Es la niña
chica la que tiene miedo y tengo que tranquilizarla. No voy a
permitir que sufra más”, se dijo a sí misma. Y empezó a hacer
los ejercicios de respiración aprendidos en su terapia, hasta que se
calmó.
En
las siguientes sesiones con el hipnoterapeuta hubo nuevas regresiones
a su infancia y a su memoria, buscando el origen de la fibromialgia
que la aqueja. Y descubrió que sus primeros recuerdos de dolor eran
a los 17 años. “Ahí me di cuenta de que yo tensaba mis músculos
porque en la noche es cuando me sentía más vulnerable, cuando
sentía más miedo”, dice.
Recuperar
esos recuerdos y elaborarlos le ha permitido varias mejoras en su
calidad de vida, en la medida de que es capaz de controlar el miedo:
ha sido capaz de entrar en un ascensor, andar en Metro y dormir sin
necesidad de tomarse un fármaco y los dolores matinales de la
fibromialgia han disminuido notablemente.
Sin
embargo, aún hay recuerdos que explorar. “Le pregunté al doctor
si era posible ver con una regresión si mi papá había abusado de
mí o no y él me respondió que se puede. Me preocupaba si me haría
mal saber lo que pasó en realidad y él me dijo que no, que siempre
salir de la duda me ayudaría a sanar. Ahora me estoy preparando para
llegar a eso”, dice.
Al
igual que Patricia, el hipnoterapeuta Boris Araos cuenta que en los
últimos 5 años aumentó entre 30 y 40% la consulta de adultos que
llegan con secuelas de eventos traumáticos de su infancia como abuso
sexual infantil, bullying severo y maltrato. “En estos casos la
regresión es acompañada de un proceso terapeútico que le permita a
la persona elaborar, llorar y perdonar lo que pasó.
Como estos temas
se han destapado en las noticias, la gente está más sensibilizada y
cuando intuye que algo les pasó cuando niños, consultan más”,
dice. “Llegan adultos que habían mantenido estos episodios en
silencio, porque antes no se hablaba, o no lo recuerdan porque eran
muy chicos. Como una paciente que tuve hace poco con dolor pélvico
crónico y que en una regresión descubrió unas tocaciones que le
hizo un pariente a los dos o tres años de edad. Aunque no los
recuerden conscientemente, estos traumas igual se manifiestan en la
vida adulta a través de una somatización, depresión, fobias u
otros problemas”, afirma el especialista.
RECUERDOS
BLOQUEADOS
Beatriz
Hirmas, orientadora de relaciones humanas y de familia del Instituto
Profesional Carlos Casanueva -uno de los más prestigiosos en el área
de terapias familiares-, publicó en julio pasado el libro Del
alma a la sanación, coescrito
con su hijo Santiago Yazigi, donde relata el caso de Catalina, una
paciente de 40 años que recordó un abuso sexual vivido a los 6 años
en una relajación profunda.
“Catalina
había estado cuatro años en terapia con siquiatras y sicólogos a
los que vio para resolver conflictos de pareja y algunas crisis de
ideaciones suicidas. En la primera sesión Catalina llegó tan tensa
y bloqueada que no hablaba nada. Lo que hice fue relajarla, decirle
cierra los ojos, conéctate con la respiración, siente que te llenas
de paz. En ese estado de relajación, Catalina regresó a los 6 años
y vio a su padre entrar a su pieza y abusar de ella. Al salir del
trance, muy impactada, dijo que esto había pasado muchas veces en su
infancia pero hasta ese momento no lo recordaba”, cuenta Beatriz
Hirmas. “Lo que hicimos durante dos años fue entrar en ese espacio
de relajación, donde ella se sentía protegida, para resignificar
esos recuerdos. Porque todavía estaban presentes los miedos y
confusiones de su niñez”. En el libro de Beatriz ella asegura que
esta paciente, tras visualizar esos recuerdos, logró comprender por
qué había tenido ideas suicidas; por qué era tan conflictiva la
relación con su familia y, con el tiempo, resignificar esos
episodios: dejar de sentir culpa, trabajar el miedo y la vergüenza
que sentía como secuela de esos abusos reiterados.
En
los últimos cinco años Beatriz Hirmas volvió a realizar
regresiones en otros 70 pacientes. Varios también recordaron abusos
en su infancia.
Uno
de ellos fue Alejandro, ingeniero civil de 39 años. Llegó a
mediados del año pasado a la consulta de Beatriz porque tenía
problemas serios de convivencia con su nueva pareja y tenía miedo de
que su agresividad y sus cambios bruscos de ánimo hicieran fracasar
su relación, como ya había ocurrido con su matrimonio anterior. Ya
había pasado por una sicoterapia y un siquiatra que durante un año
y tres meses le recetó ansiolíticos sin lograr mejorar su genio
terrible. “Llegué donde Beatriz medio obligado por mi polola y
totalmente escéptico con las terapias en general. Para mi sorpresa,
descubrí cosas de mi vida que no estaban para nada registradas en mi
disco duro”, dice.
En
total fueron 10 sesiones. El momento más duro fue en la tercera
sesión, cuando regresó a su memoria el recuerdo de haber sido
abusado sexualmente por una mujer adulta cuando tenía siete años.
“Yo no tenía conciencia de que me había pasado esto y me asusté.
Estuve a punto de pararme e irme. Lo que hicimos durante varias
sesiones fue regresar a esos momentos vistos desde fuera, con la
perspectiva que tengo hoy yo como adulto y hablar con ese niño, que
era yo a los siete años. Beatriz lo llamaba la conciliación. Lograr
entender y perdonar lo que pasó ahí. Aunque fueron hechos
dolorosos, no me arrepiento. Entendí de dónde venían mis cambios
de ánimo y me ha ayudado mucho a ir desactivando esos ataques de
agresividad que suelo tener”, dice.
VIAJE
EXPRESS AL INCONSCIENTE
A
través de métodos tradicionales de la sicoterapia como la
interpretación de sueños, o el análisis de la figura materna y
paterna también es posible acceder y elaborar recuerdos traumáticos
de la niñez, en procesos que pueden demorar años. La regresión
hipnótica ofrece una promesa a la medida de estos tiempos
acelerados: lograr el mismo resultado en pocas sesiones. “En trance
hipnótico este proceso va a ser mucho más rápido, porque es una
vía directa al inconsciente”, dice Boris Araos.
Para
realizar una regresión a la niñez se utilizan diferentes técnicas
de hipnosis para inducir un trance. “El trance es un estado natural
que ocurre cuando estamos quedándonos dormidos, en la transición
entre la vigilia y el sueño. A través de la técnica hipnótica lo
inducimos y prolongamos para que dure 20 o 40 minutos. Es parecido a
la relajación que se experimenta al final de la clase de yoga, pero
más profunda y más cerca del sueño”, dice Boris Araos. Se puede
inducir desde un trance profundo donde la persona está casi
completamente dormida, hasta el trance leve, donde basta estar
relajado.
Según
Boris Araos, la hipnosis regresiva produce varios efectos que
facilitan el viaje a la memoria: “Hay estudios con resonancia
electromagnética que muestran que en este estado aumenta la
neuroplasticidad del cerebro y la capacidad para formar nuevos
circuitos emocionales. Te baja los mecanismos de defensa y, si tenías
amnesia de un hecho doloroso, puedes recordarlo. También produce
hipermnesia, es decir, empiezas a recordar detalles que se te habían
olvidado, como el vestido que usabas. La persona recuerda ese momento
con todo su ser y hace un proceso catártico, que es liberar con
mucha emoción esa experiencia. Cuando se trata de un hecho
traumático, como un abuso sexual infantil, también se busca la
contención: el paciente mira el recuerdo desde fuera, y su yo adulto
consuela a su yo niño”, asegura.
La
sicóloga de la Universidad Católica, Esther Morales, especializada
en terapias de regresión a la infancia, dice que esta es una técnica
recomendada especialmente para personas que ya han hecho tratamientos
con distintos especialistas sin obtener resultados. Eso sí,
advierte, no es para todos. “Está contraindicada en personas
sicóticas, personas con trastornos del pensamiento como
esquizofrenia, paranoia, trastornos obsesivo compulsivos, epilépticos
y cardiacos, porque la catarsis puede ser muy fuerte y la persona
puede tener una crisis”, afirma. Claudio Reyes, doctor en sicología
social y director del Instituto Hipnosis Chile, dice que tampoco se
debe hacer regresiones a embarazadas, porque “las emociones
negativas que se recuerden se podrían transmitir al niño en el
vientre”.
Antiguamente
se pensaba que desde los tres años las personas empezaban a
almacenar recuerdos, pero investigaciones como las que hizo el médico
obstetra norteamericano David Cheek, experto en hipnosis clínica que
estudió en forma sistemática los recuerdos de la vida intrauterina,
han encontrado que desde el sexto mes el feto ya comienza a recordar
y que bajo hipnosis profunda, hay personas que pueden entregar
detalles de cómo fue su nacimiento –Cheek, luego cruzó los
relatos con las fichas médicas de los partos–, o incluso, de su
vida en el útero.
Ese
fue el caso de una paciente de 35 años que llegó a la consulta del
doctor Boris Araos porque sufría una depresión crónica y hace
cinco años estaba siendo tratada con fármacos. “Ella no entendía
por qué a pesar de tener una familia feliz y ser una profesional
exitosa, tenía una sensación de rechazo, de que sobraba”, cuenta
Araos. “Después de varias sesiones de regresión, ella se vio en
el vientre de su mamá a los 6 o 7 meses y revivió el momento en que
la madre trató de abortar tirándose por unas escaleras. Muy
impactada, ella después le preguntó a su mamá, que le dijo que era
cierto. Que en ese momento su papá la había abandonado con su
guagua y no vio otra salida que tratar de abortarla. Después se
arrepintió y la quiso mucho cuando nació. Pero esa sensación
emocional de rechazo quedó grabada. En la terapia ella logró
perdonar y entender a su mamá y dejó de sentir que ella sobraba en
este planeta”.
UN
METÓDO CUESTIONADO
Aunque
la hipnosis regresiva es una herramienta considerada valiosa por
sicoterapeutas prestigiosos que se han especializado en esta técnica,
hay corrientes terapéuticas, como la sico-analítica, que cuestionan
su validez. El sicoanalista Juan Dittborn, presidente de la
Asociación Psicoanalítica Chilena, dice que “la hipnosis, en
cuanto método terapéutico, dejó de ser utilizada por el
sicoanálisis hace muchos años por la poca eficacia de sus
resultados”. Y cuenta que en la época presico- analítica se
hipnotizaba al paciente y se intentaba la descarga del trauma
retenido, lo que era llamado entonces “método catártico”. “El
propio Freud hace ‘nacer’ el sicoanálisis desde el momento en
que abandona la hipnosis y surge la asociación libre en su
reemplazo”, dice. Y afirma que lo que hoy se conoce como
regresiones son “prácticas que no tienen sistemas de hipótesis
sólidos que sustenten científicamente su quehacer”.
El
sicólogo británico David La Rooy, doctorado en Sicología y
especialista en la recuperación de la memoria, también las
cuestiona. A fines de septiembre estuvo en Chile, invitado por la
Fundación Amparo y Justicia al IV Seminario Internacional sobre
Agresiones Sexuales Infantiles, donde realizó talleres enfocados en
cómo obtener testimonios fiables de niños y adolescentes víctimas.
Sobre las terapias de regresión, él advierte que no hay evidencias
sólidas sobre la fiabilidad de los recuerdos recobrados en ellas y
que “es sorprendentemente fácil alterar la memoria en algunas
condiciones, especialmente cuando la gente está preparada para
‘creer’ e ‘imaginar’ que algo les pasó. Los sicólogos han
realizado muchos estudios sobre ‘sugestionabilidad y memorias
falsas’, que muestran que la memoria humana es falible y que a
veces nos equivocamos sobre nuestros recuerdos del pasado. Las
investigaciones han descubierto que la forma más confiable de
obtener memorias precisas de las personas es usar preguntas muy
abiertas y no sugestivas”, afirma.
Los
hipnoterapeutas consultados por Paula
reconocen
que una persona bajo un trance hipnótico se encuentra en un estado
muy sugestionable y un terapeuta inescrupuloso o mal preparado podría
instaurar un recuerdo falso. “Por eso la hipnosis tiene que ser
algo tremendamente ético, hecha por profesionales que la usen como
herramienta terapéutica. Durante una regresión el terapeuta lo que
debe hacer es preguntar, nunca inducir situaciones”, afirma el
sicólogo Claudio Reyes.
Boris
Araos reconoce que a veces es difícil distinguir si los recuerdos
que surgen en una regresión son totalmente verídicos, o hay una
parte de fantasía. Pero asegura que es muy difícil que un recuerdo
de profundo impacto emocional, como un abuso sexual infantil, sea
falso. “En ese sentido el subconsciente es sabio y hace surgir los
recuerdos que la persona está preparada para enfrentar en ese
momento. De todas maneras, al terapeuta lo que le importa es si a
través de la regresión la persona sanó algo, más que si
objetivamente ocurrió tal como lo revivió en la regresión”,
dice.
Por
lo delicado de los temas que se están tratando en las regresiones, a
él y a otros hipnoterapeutas les preocupa los bajos estándares de
algunos centros y cursos que enseñan hipnosis regresiva, sin exigir
experiencia clínica previa. “La terapia regresiva solo debe ser
aplicada por quienes tienen una profesión relacionada con el área
mental, como siquiatras, sicólogos o neurólogos. O se puede
transformar en algo iatrogénico, es decir que la persona se enferma
más”, dice Araos.
Pero lo más limitante eran las crisis de pánico que sufría hace 30 años y que le impedían entrar a un mall, subir a un ascensor, al metro, a una micro, a un avión. Solo se movilizaba en auto si era ella misma la que lo manejaba. Había pasado por más de 10 sicólogos, siquiatras, terapeutas y médicos sin lograr mejorarse.
En la segunda sesión, Boris Araos le hizo una primera hipnosis para enseñarle algunos ejercicios de relajación que debía repetir cuando le viniera una crisis de pánico. Y en el tercer encuentro le propuso hacer una regresión, para que Patricia viera cómo era y cómo se sentía a los 5 años.
Como estos temas se han destapado en las noticias, la gente está más sensibilizada y cuando intuye que algo les pasó cuando niños, consultan más”, dice. “Llegan adultos que habían mantenido estos episodios en silencio, porque antes no se hablaba, o no lo recuerdan porque eran muy chicos. Como una paciente que tuve hace poco con dolor pélvico crónico y que en una regresión descubrió unas tocaciones que le hizo un pariente a los dos o tres años de edad. Aunque no los recuerden conscientemente, estos traumas igual se manifiestan en la vida adulta a través de una somatización, depresión, fobias u otros problemas”, afirma el especialista.
Beatriz Hirmas, orientadora de relaciones humanas y de familia del Instituto Profesional Carlos Casanueva -uno de los más prestigiosos en el área de terapias familiares-, publicó en julio pasado el libro Del alma a la sanación, coescrito con su hijo Santiago Yazigi, donde relata el caso de Catalina, una paciente de 40 años que recordó un abuso sexual vivido a los 6 años en una relajación profunda.
A través de métodos tradicionales de la sicoterapia como la interpretación de sueños, o el análisis de la figura materna y paterna también es posible acceder y elaborar recuerdos traumáticos de la niñez, en procesos que pueden demorar años. La regresión hipnótica ofrece una promesa a la medida de estos tiempos acelerados: lograr el mismo resultado en pocas sesiones. “En trance hipnótico este proceso va a ser mucho más rápido, porque es una vía directa al inconsciente”, dice Boris Araos.
Aunque la hipnosis regresiva es una herramienta considerada valiosa por sicoterapeutas prestigiosos que se han especializado en esta técnica, hay corrientes terapéuticas, como la sico-analítica, que cuestionan su validez. El sicoanalista Juan Dittborn, presidente de la Asociación Psicoanalítica Chilena, dice que “la hipnosis, en cuanto método terapéutico, dejó de ser utilizada por el sicoanálisis hace muchos años por la poca eficacia de sus resultados”. Y cuenta que en la época presico- analítica se hipnotizaba al paciente y se intentaba la descarga del trauma retenido, lo que era llamado entonces “método catártico”. “El propio Freud hace ‘nacer’ el sicoanálisis desde el momento en que abandona la hipnosis y surge la asociación libre en su reemplazo”, dice. Y afirma que lo que hoy se conoce como regresiones son “prácticas que no tienen sistemas de hipótesis sólidos que sustenten científicamente su quehacer”.
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