INTRODUCCIÓN
La psicología nos puede ayudar a encontrar respuestas para muchas interrogantes
1).- Definición y ámbito de la psicología
La palabra "psicología" está formada por dos términos griegos, a saber, "psique" y "logos". Psiqué se refiere tanto a la mente como al alma o al espíritu. Esta falta de diferenciación se mantuvo durante siglos. Logos significa ciencia, razón, sabiduría, conocimiento.
Al estudiar psicología debemos hacer un esfuerzo para dar a esa palabra la significación que tiene hoy día, vale decir, una ciencia que se preocupa de todo lo relacionado con los resultados de la actividad mental. Tales resultados se manisfiestan en lo que la gente piensa, hace o quisiera hacer, siente, o en lo que mueve a las personas, en fin, a lo que llamaremos su conducta o comportamiento. Conducta, pues, no se entiende en sentido valorativo de bueno o malo como cuando decimos " tal niño tiene mala conducta en la sala": conducta es todo lo que hace, piensa, decide, preocupa al niño.
Naturalmente este planteamiento presupone que la conducta es originada por la actividad mental, vale decir, por una serie de mecanismos neurológicos y fisiológicos que se dan en el cerebro. Sin embargo, el sistema biológico humano es tan complejo que la mente, a su vez, es afectada por fenómenos externos a ella, no sólo del mundo exterior cuyos datos le llegan a los sentidos - como veremos en su oprtunidad -, sino por los propios mecanísmos biológicos del cuerpo como cuando, por ejemplo, nos sentimos malhumorados e irritables a causa de una discusión familiar; pero curiosamente, la importancia que damos al asunto disminuye (y por lo tanto desciende nuestra irritación) si comemos algo o si vamos al cine a ver una película que de alguna forma influye en nuestra apreciación del problema, u obtenemos alguna satisfacción en otra actividad.
Pero volvamos al concepto de alma. Que haya o no alma, no es un problema que interese a la psicología. Tampoco interesa lo relacionado con el espíritu en el sentido que tiene esta palabra al referirse a la presencia de fenómenos sobrenaturales. Hay naturalmente fenómenos extraños que es dificil explicar científicamente y forman el campo de la parapsicología, pero sólo personas muy simples podrían defender la existencia de fantasmas o espectros o apariciones que - según la cerencia popular y la supertición - son almas de personas muertas que regresan a la Tierra. En verdad nadie a visto un fantasma y cuesta creer que si el alma existe y estuviese en otro mundo o dimensión espacial o lo que se quiera, se tomaría la molestia de regresar a la Tierra para asustar a alguien..
Sin embargo no podemos descartar que el alma existe en el sentido en que lo cree un católico, un musulmán y, en general, toda persona religiosa. Tan sólo estamos marginando toda relación entre la supuesta alma y la mente, porque, de no hacerlo, deberíamos aceptar que el alma influye en la conducta. Ahora bien, como podemos observarla, medirla ni experimentar con ella, hay que dejar de lado el asunto que, por lo demás, se discute en el ámbito de la filosofía. En la antigüedad clásica se creía que alma y pensamiento eran lo mismo y quizás el argumento estaba más bien fundado en la necesidad que tiene el hombre de creer en la continuidad de la vida después de la muerte. Para ello resulta absolutamente necesario que nos llevemos nuestros pensamientos y nuestros recuerdos, pues bien poco interés tendría la inmortalidad sin nosotros mismos. Probablemente por este motivo el alma se identificó con el pensamiento, pero, a medida que fue avanzando el conocimiento científico ( sobre todo a partir del siglo XVI) se desarrolló la idea de que nuestros pensamientos son el resultado de la experiencia que tenemos gracias a los sentidos (tacto, gusto, vista) que dan el material básico de información que acumulamos en el cerebro. Cada año, como resultado del progreso de las ciencias en nuestro siglo, sabemos más de esta relación cerebro - mente - conducta. Hay experiencias perfectamente comprobadas de que el cerebro puede dejar de funcionar mientras que el cuerpo vive. Recientemente en la TV mostrarón que tocando ciertas partes del cerebro de una persona a la cual se le había abierto el cráneo, presentaba conductas completamente distintas: tocando cierto lugar, la persona sentía satisfacción y bienestar, tocando otro era invadida por pena y melancolía. También sabemos que el conocimiento se acumula y se organiza en estructuras químicas especiales relacionadas con el ácido desoxirribonucleico (ADN); que los gemelos tienen reacciones, gustos e incluso sufren enfermedades iguales; que es posible dar vida a seres idénticos por manipulación de las células reproductoras (clones); y en fin, hay suficiente información como para temer que algún día el hombre pueda controlar el cerebro ajeno.
Mintras tanto, por suerte, no se conoce bien el funcionamiento interno de la mente que, en definitiva, determina la conducta.
Esta conducta se expresa en tres dimensiones que, en realidad, forman un conjunto invisible, pero que pueden separarse más bien con el fin de explicar los diferentes fenñomenos que caracterizan cada una de ellas. Estas dimensiones o áreas son la cognitiva, la afectiva y la psicomotora.
- El área cognitiva: Se refiere a la formación y uso del conocimiento. En algún momento el alumno aprendió, por ejemplo, matemáticas recibiendo los"datos" y ordenándolos en su cerebro; estableció una analogía entre dos ecuaciones similares observando, quizás, que su estructura es la misma; más adelante, gracias a otros datos, pudo reslover problemas complicados que debían expresarse mediante ecuaciones. Estudiar el área cognitiva es, pues, estudiar cómo se produce el conocimiento, qué es la memoria, cómo funciona la memoria, y algo en cuanto a leyes de aprendizaje y sus distintas formas, etc.
- El área afectiva: Se refiere a todo lo relacionado con sentimientos, emociones, tensiones, motivaciones, etc., vale decir,cómo sentimos, por qué nos emocionamos, hasta qué punto es posible controlar nuestro "sentir", etc..
- El área psicomotora: Se refiere al estudio relacionado con el movimiento. Si un niño escribe mal es posible que sufra de un trastorno de aprendizaje llamado dislexia. Hasta hace pocos años este niño era reprendido y se le consideraba inferior a los demás: hoy los educadores saben que el problema puede superarse con técnicas diferentes a las empleadas para enseñar a los deemás alumnos.
La conducta humana
La conducta humana se entienden muchas cosas; entre ellas, la lucha por la vida, que sostiene en una encubadora el recién nacido prematuro; el juego con los límites de la resistencia que realiza el piloto de pruebas en el mundo supersónico; el anciano esquimal que se deja morir porque resulta una carga para la tribu; el aprendizaje que hace un príncipe joven para actuar luego como monarca; el artista, el matemático, el portero, el maestro y el político cuando aplican su destreza en las tareas habituales; el latido del corazón, la dilatación de la pupila del ojo, el arqueo de cejas , el movimiento de la cabeza. También lo es comer, beber, amar, luchar, construir un puente, escribir un soneto. Es el cantar de un himno por una congregación religiosa; el gritar de un desorden tumultoso; las deliberaciones del Congreso; la precisión de una banda que marcha. Lo son las fantasias de un niño, los sueños de un adolescente, las alicinaciones de un alcohólico. Conducta son todas esas cosas comunes y fantásticas, y mucho más que nunca se perciben con nitidez. La conducta humana se conoce bien, pero se comprende poco.
Todos nos interesamos por la conducta humana, y muchos creemos saber bastante de ella y con cierta razón. Desde la infansia vamos aprendiendo acerca de la conducta, por experiencia personal, por observación de la gente y por lo que nos transmite el conocimiento de los demás. Por vivir en un mundo de personas, inevitablemente aprendemos acerca de cómo y por qué actúan.
Sin embargo, en nuestro conocimuiento hay muchas lagunas e imprecisiones. A menudo, en muchas relaciones con los demás aportamos problemas que no podemos resolver . Establecemos contacto con personalidades que no podemos comprender, y, con frecuencia, no podemos entendernos a nosotros mismos. Nos planteamos muchas interrogantes sobre la gente y su conducta, y recurrimos a la psiciología para que nos ayude a encontrar algunas de las respuestas.
Las reacciones emocionales constituyen formas de conducta, a veces facilmente observables.
Definición de Psicología
La psicología es la ciencia de la conducta. Abarca un campo amplio y utiliza muchos métodos diferentes para estudiar la conducta de los seres vivos, tanto en el laboratorio como en situaciones reales de la vida. Para tener cierta idea sobre la naturaleza de esta ciencia debemos entender qué significa la conducta para un psicóogo.
Cuando pensamos en la conducta imaginamos primero las actividades claras y evidentes que observamos en los demás: cómo caminan, habla, gesticulan y cómo realizan las tareas cotidianas. A veces llamamos conducta a estas evidente a estas acciones claras y observables. Pero algunas de las cosas que realizan las gentes no son tan evidentes: se encolerizan o se asustan, se sienten felices o inquietas. Estas reacciones emocionales también son conducta, pero, a menudo, de una índole privada que ocurre en el interior del individuo y no puede observarse con facilidad. Hay también otras formas de conducta que, por lo común, escapan de la visión externa. Cuando nos sentamos tranquilamente para contemplar una puesta de sol o para escuchar música, estas percepciones visuales y auditivas también son conducta, lo mismo que nuestros pensamientos, planes y sueños. A estas reacciones que ocurren en nuestro interior las llamamos conducta implícita.
¿Qué tienen en común todas estas formas de conductas? Son respuestas de un organismo vivo a su medio; son adaptaciones que realiza un individuo a las condiciones y cambios del mundo que le rodea. La psicología se enteresa por describir todos los actos de conducta, sus relaciones entre sí y los factores que las regulan. El tema de la psicología es tan variado y atractivo como el propio ser humano.
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