El término
histeria procede de la palabra griega hystera (útero, matriz) y siempre se ha
visto ligada al sexo femenino, si bien también los hombres puede padecer trastornos
histéricos, aunque es mucho menos frecuente.
El término histrión hace referencia a las máscaras de los actores del teatro griego, a la teatralidad y dramatismo con la que suelen comportarse este tipo de personas.
La personalidad histérica o histriónica se caracteriza precisamente por esta tendencia a la teatralidad, que procede de una exagerada necesidad de ser admirado y estimado por los otros.
El término histrión hace referencia a las máscaras de los actores del teatro griego, a la teatralidad y dramatismo con la que suelen comportarse este tipo de personas.
La personalidad histérica o histriónica se caracteriza precisamente por esta tendencia a la teatralidad, que procede de una exagerada necesidad de ser admirado y estimado por los otros.
Son personas que
tienden a llamar la atención de los demás en sus opiniones, en su forma de
vestir, de comportarse, exagerando sus sentimientos, perdiendo el autocontrol,
etc.
Muchas veces, dan la impresión de estar representando un papel, aunque generalmente lo hagan de forma inconsciente.
Muchas veces, dan la impresión de estar representando un papel, aunque generalmente lo hagan de forma inconsciente.
Les aburre y
desespera lo rutinario, todo lo que suponga monotonía. Tienen un exagerado afán
de novedades que les sirvan para sentir la vida profundamente, para vivir
intensamente, sobre todo en el terreno amoroso y afectivo. Esto hace que
algunos se muestren muy activos en la búsqueda de experiencias novedosas,
excitantes, diferentes.
Odian lo normal,
que interpretan siempre como vulgar y valoran como aburrido y despreciable. Su
profundo egocentrismo les lleva siempre hacia lo raro, lo diferente, lo
inaudito, ya que de este modo pueden atraer sobre sí la atención de los otros,
y sentirse distintos, lo que para ellos equivale a decir superiores, geniales.
El mismo concepto
de genio, que aparece en el arte durante el periodo romántico, cobra aquí todo
su esplendor. Para los románticos las personas geniales estaban dotadas de una
inspiración y naturaleza particular y superior, que se manifestaba en su forma
de sentir, expresarse, comportarse, etc.
Son personas a todas luces distintas de los demás y de una naturaleza superior. Por este motivo, durante el romanticismo muchos artistas utilizan opiniones, atuendos y comportamientos extravagantes, con el fin de diferenciarse de los demás y argumentar, de este modo, su naturaleza de genios.
Son personas a todas luces distintas de los demás y de una naturaleza superior. Por este motivo, durante el romanticismo muchos artistas utilizan opiniones, atuendos y comportamientos extravagantes, con el fin de diferenciarse de los demás y argumentar, de este modo, su naturaleza de genios.
Son muy dados a
las fantasías, a soñar despiertos, a intentar vivir una vida de novela. Este
uso exagerado e inadecuado de la imaginación, en forma de evasión o para
realizar deseos insatisfechos o inalcanzables, les aleja paulatinamente de la
realidad, conduciéndoles a un mundo privado y distante, desde el cual la
realidad siempre resulta insuficiente. Suelen ser grandes insatisfechos.
Pueden ser
personas muy creativas, pero no en el aspecto intelectual. Su creación se
encamina más al terreno artístico, particularmente en los campos donde resulta
importante la expresión artística (teatro, cine, danza, poesía, etc). Sus
planteamientos son más intuitivos, afectivos, inspirados, que intelectuales,
reflexivos, razonados.
Suelen ser
personas muy sugestionables e influenciables, en las que los argumentos
afectivos dominan a los racionales. Metafóricamente, se podría decir que su
corazón domina su cerebro.
En sus relaciones
con las personas desconocidas o con las que tienen poca confianza suelen
mostrarse atentos, agradables, cálidos, encantadores, aduladores y seductores,
aunque se percibe en ellos la inautenticidad.
Con esto pretenden agradar y recibir de este modo una aprobación y alta valoración de los otros, lo cual les resulta imprescindible para incrementar la imagen que tienen de sí mismos, su autoestima.
Con esto pretenden agradar y recibir de este modo una aprobación y alta valoración de los otros, lo cual les resulta imprescindible para incrementar la imagen que tienen de sí mismos, su autoestima.
Buscan y
agradecen siempre los halagos de los demás, soportando muy mal sus críticas, a
pesar de que digan frecuentemente que no les importan lo más mínimo las
opiniones ajenas. Se trata de personas con una hipersensibilidad emocional y
afectiva que procede de una profunda inseguridad en sí mismos.
Les resulta fácil
idealizar rápidamente a algunas personas que acaban de conocer, aunque al cabo
de poco tiempo, por un pequeño detalle, se ven profundamente decepcionados por
éstas, pasando de una exagerada idealización a la infravaloración más cruel y
despiadada.
Con las personas
de la familia o de más confianza se comportan de un modo muy distinto. Son
vanidosos, caprichosos, desconsiderados, exigentes, despectivos, hirientes, a
veces verdaderamente crueles en sus comentarios.
Tienden a culpar siempre a éstos de sus frustraciones o problemas, reaccionando frecuentemente con explosiones de ira irracional e injustificada. Los demás no saben qué hacer, cómo tratarlos, ya que de todos modos al final comprueban cómo les terminan diciendo que lo han hecho mal.
Tienden a culpar siempre a éstos de sus frustraciones o problemas, reaccionando frecuentemente con explosiones de ira irracional e injustificada. Los demás no saben qué hacer, cómo tratarlos, ya que de todos modos al final comprueban cómo les terminan diciendo que lo han hecho mal.
Es frecuente que
intenten manipular a los demás en su beneficio, recurriendo a chantajes
afectivos, entre los que cabe destacar las amenazas o tentativas de suicidio.
Por tanto, sus
relaciones humanas terminan siendo superficiales, insanas, inestables, poco
sinceras. Ellos siempre culpan de esto a los otros, a la sociedad, al mundo, a
la mala suerte, incapaces de admitir que el fallo está en su propio
comportamiento, por lo que rara vez rectifican. Esto resulta aún más grave si
se tiene en cuenta que estas personas, en el fondo, tienen una gran dependencia
de los demás y que lo que más valoran son los logros de tipo afectivo.
El trastorno
histérico de la personalidad conduce, en algunos casos, al abuso de alcohol o
de otras drogas. Se recurre a estas sustancias para compensar los descensos
bruscos del estado emocional que suelen padecer estas personas ante una
frustración, ante un comentario desfavorable de otras personas, etc.
El alcohol o las drogas pueden ser un refugio, servir para aumentar la autoestima o aliviar los síntomas ansiosos o depresivos, pero a medio plazo agravan la situación y crean dependencia.
El alcohol o las drogas pueden ser un refugio, servir para aumentar la autoestima o aliviar los síntomas ansiosos o depresivos, pero a medio plazo agravan la situación y crean dependencia.
Generalmente, el
trastorno histérico de la personalidad termina produciendo, a medio o largo
plazo, distimias o neurosis depresivas.
Sus síntomas más comunes son: cansancio, disminución de la autoestima, inseguridad, indecisión, tristeza, desesperanza, dificultades de concentración, angustia y alteraciones del sueño y del apetito.
Sus síntomas más comunes son: cansancio, disminución de la autoestima, inseguridad, indecisión, tristeza, desesperanza, dificultades de concentración, angustia y alteraciones del sueño y del apetito.
Estos síntomas
aparecen con una intensidad variable, agravándose y aliviándose periódicamente,
en relación con circunstancias exteriores y tomando un curso crónico.
También es
frecuente que entre las personas que padecen una personalidad histérica se
añadan otros trastornos no histéricos, como la neurosis histérica o la psicosis
histérica, incluidas últimamente dentro de los llamados trastornos disociativos.
Estos trastornos
disociativos consisten en una división de la propia identidad, de la identidad
del "yo". Se suelen manifestar en forma de despersonalización, es
decir, en la experiencia de sentirse extraño, como si uno fuese espectador de
sí mismo, notando extraño su propio cuerpo o su propia forma de actuar.
A veces se puede llegar a establecer una doble personalidad o incluso una personalidad múltiple, como si fuesen varias personalidades, con toda su estructura distinta, las que conviven en esa persona.
Con frecuencia estos fenómenos se acompañan de períodos en los que no se recuerda nada de lo ocurrido (amnesia psicógena) o de fugas por las que se realizan viajes inesperados e injustificados de un modo casi automático (fugas psicógenas).
A veces se puede llegar a establecer una doble personalidad o incluso una personalidad múltiple, como si fuesen varias personalidades, con toda su estructura distinta, las que conviven en esa persona.
Con frecuencia estos fenómenos se acompañan de períodos en los que no se recuerda nada de lo ocurrido (amnesia psicógena) o de fugas por las que se realizan viajes inesperados e injustificados de un modo casi automático (fugas psicógenas).
La neurosis histérica,
también llamada neurosis de conversión, consiste esencialmente en el traslado
inconsciente del conflicto psíquico al ámbito corporal o somático.
Así, por ejemplo, como consecuencia de un conflicto en el terreno afectivo, una persona puede sufrir una parálisis, ceguera, afonía, sordera, etc, que no se corresponde con ninguna causa orgánica.
Así, por ejemplo, como consecuencia de un conflicto en el terreno afectivo, una persona puede sufrir una parálisis, ceguera, afonía, sordera, etc, que no se corresponde con ninguna causa orgánica.
La psicosis
histérica, también conocida como psicosis psicógena, consiste en la aparición
de ideas delirantes (irreales, absurdas, e ilógicas), alucinaciones y grandes
alteraciones del comportamiento, como consecuencia de un acontecimiento que
supone una gran carga afectiva.
Los síntomas son muy llamativos y suelen ser de aparición brusca, si bien su duración generalmente es reducida. Los americanos denominan a este trastorno psicosis reactiva breve.
Los síntomas son muy llamativos y suelen ser de aparición brusca, si bien su duración generalmente es reducida. Los americanos denominan a este trastorno psicosis reactiva breve.
Las psicosis
histéricas eran más frecuentes hace años que en la actualidad. Muchos casos de
presuntas posesiones diabólicas, endemoniamientos, o de fenómenos de apariencia
de paranormales, son, en realidad, psicosis de este tipo.
Principales
características de la personalidad histérica:
- Tendencia a la teatralidad y al
dramatismo.
- Exagerada necesidad de estimación
ajena.
- Tendencia a llamar la atención.
- Egocentrismo.
- Hipersensibilidad emocional.
- Predominio de lo afectivo sobre lo
racional.
- Tendencia a enfrascarse en fantasías.
- Sugestionabilidad.
- Excesiva dependencia de la opinión de
los demás.
- Escaso autocontrol emocional.
- Tendencia a manipular a los demás y al
chantaje afectivo.
- Inestabilidad emocional.
Por último, su
discurso, egocéntrico y trivial, se mueve siempre en un plano de
superficialidad que dificulta un acercamiento verdadero y, en definitiva, el
establecimiento de relaciones maduras y significativas.
Todos estos rasgos de personalidad y el rechazo que producen sus intentos de manipular el ambiente, convierten a la histérica en un personaje desadaptado e infeliz bajo una máscara en apariencia brillante.
Todos estos rasgos de personalidad y el rechazo que producen sus intentos de manipular el ambiente, convierten a la histérica en un personaje desadaptado e infeliz bajo una máscara en apariencia brillante.
En el hombre,
aunque el cuadro clínico se difumina (quejas hipocondriacas, sociopatía, etc.),
los intentos de manipulación del ambiente, la desadaptación y las dificultades
sexuales, se hallan también presentes. Las diferencias clínicas, posiblemente
debidas a factores sociales, condicionan que el diagnóstico se sustituya con
frecuencia por el de sociopatía.
EVOLUCION.
PRONÓSTICO
Los trastornos
disociativos y conversivos se instauran de forma aguda y, aunque pueden ser
recurrentes, no suelen cronificarse. En el trastorno por somatización y
personalidad histérica, por el contrario, el inicio es insidioso y el curso
crónico y fluctuante, puediendo observarse mejorías momentáneas, ya sea
espontáneas o inducidas por el tratamiento.
Trastornos
neurológicos
La escasa
estabilidad del diagnóstico de histeria a lo largo del tiempo, demostrada por
diferentes estudios de seguimiento, alerta sobre la necesidad de excluir un
trastorno orgánico subyacente.
Cuadros clínicamente similares a los histéricos han sido descritos en múltiples trastornos del SNC: epilepsia, procesos expansivos, vasculares, infecciosos, etc.
El inicio en edad tardía, sin antecedentes previos de trastorno psiquiátrico, aún en presencia de síntomas atípicos, orienta hacia cuadros orgánicos.
Cuadros clínicamente similares a los histéricos han sido descritos en múltiples trastornos del SNC: epilepsia, procesos expansivos, vasculares, infecciosos, etc.
El inicio en edad tardía, sin antecedentes previos de trastorno psiquiátrico, aún en presencia de síntomas atípicos, orienta hacia cuadros orgánicos.
Trastornos
psiquiátricos
Depresión
Síntomas de la
esfera afectiva pueden contaminar y encubrir un trastorno histérico e
inversamente, cuadros depresivos presentan con cierta frecuencia apariencia
histeriforme. La histeria y la depresión, de acuerdo con esta doble relación,
se vinculan fundamentalmente a través de tres entidades clínicas:
- Pseudodepresión
histérica. Cada vez con mayor frecuencia, quizá como consecuencia de la
modulación que la aceptación social ejerce sobre la expresión de los síntomas,
la histeria se presenta bajo la apariencia de un cuadro depresivo auténtico.
Las respuestas
inconsistentes o paradójicas al tratamiento farmacológico, así como la
observación de rasgos de personalidad histeriformes en la evolución, orientan
al diagnóstico.
- Melancolía. Los
cuadros depresivos melancólicos, especialmente los de inicio en edad tardía, se
acompañan en ocasiones de elevada ansiedad y conductas regresivas, en
apariencia histeriformes, que nada tienen que ver con la verdadera histeria y
que responden favorablemente a los antidepresivos o a la terapia
electroconvulsiva.
- Disforia
histeroide. Este término, descrito por Klein en 1969, hace referencia a un
trastorno caracterizado por rasgos histriónicos de personalidad que, de forma
episódica y recortada, presentan episodios depresivos breves de características
atípicas: hiperfagia (fundamentalmente a expensas de hidratos de carbono),
hipersomnia, etc.
Estos episodios, desencadenados muchas veces por estresores psicosociales, responden favorablemente al tratamiento con IMAOs. Así, aunque clínicamente se situan en el espectro de la histeria, su respuesta a los antidepresivos los vincula a los trastornos afectivos.
Estos episodios, desencadenados muchas veces por estresores psicosociales, responden favorablemente al tratamiento con IMAOs. Así, aunque clínicamente se situan en el espectro de la histeria, su respuesta a los antidepresivos los vincula a los trastornos afectivos.
Hipocondría
La hipocondria y
el trastorno por somatización comparten las quejas somáticas como elemento
central en el diagnóstico.
El intento de manipulación del ambiente y la indiferencia frente a los síntomas, permiten sin embargo diferenciar entre ambos trastornos. Esta concepción clásica se ha visto modificada por los sistemas de clasificación que en sus versiones actuales integran en un mismo apartado ambas figuras.
El intento de manipulación del ambiente y la indiferencia frente a los síntomas, permiten sin embargo diferenciar entre ambos trastornos. Esta concepción clásica se ha visto modificada por los sistemas de clasificación que en sus versiones actuales integran en un mismo apartado ambas figuras.
Simulación y
trastorno facticio
Los límites entre
histeria, trastorno facticio y simulación, aunque claros desde el punto de
vista teórico, son en ocasiones difíciles de establecer clínicamente.
La producción de los síntomas, involuntaria en el histérico, la distingue de ambos trastornos. La presencia de un beneficio externo claro diferente al mantenimiento del rol de enfermo, es la clave diferenciadora entre trastorno facticio y simulación.
La producción de los síntomas, involuntaria en el histérico, la distingue de ambos trastornos. La presencia de un beneficio externo claro diferente al mantenimiento del rol de enfermo, es la clave diferenciadora entre trastorno facticio y simulación.
TRATAMIENTO
Aunque el
tratamiento varía según la forma clínica de que se trate, en general, la
farmacoterapia, es poco útil en el abordaje de la histeria.
Las mejorías, paradójicas o poco mantenidas tras la administración de psicotropos, así como la frecuencia de quejas sobre efectos secundarios, aconsejan restringir su uso a situaciones muy concretas.
Las mejorías, paradójicas o poco mantenidas tras la administración de psicotropos, así como la frecuencia de quejas sobre efectos secundarios, aconsejan restringir su uso a situaciones muy concretas.
En su fase aguda
los trastornos disociativos y conversivos suelen responder a la sugestión. El
alejamiento del medio, característicamente conflictivo para el paciente, así
como la ausencia de "público", en especial familiares, pueden también
contribuir a disminuir la aparatosidad de los síntomas. Pasado el periodo
crítico, cuando existe un trastorno de personalidad subyacente, está indicado
el tratamiento con psicoterapia de orientación dinámica.
El paciente con
trastorno por somatización busca ayuda en diferentes especialidades médicas y
sólo en algunos casos va a ser valorado psiquiátricamente.
Este hecho y su incapacidad para conectar los síntomas con causas psíquicas, provocan grandes dificultades en el tratamiento. Así, conseguir una buena relación médico-paciente es imprescindible para interrumpir el característico peregrinar de médico en médico.
Las exploraciones complementarias deben realizarse en la medida en que sea preciso descartar un trastorno somático, teniendo en cuenta que su repetición innecesaria, lejos de tranquilizar al paciente, reafirmará su convencimiento de enfermedad.
La psicoterapia de apoyo, asociada al tratamiento farmacológico de los síntomas ansioso-depresivos que por su cronicidad suelen acompañar a los somáticos, parece ser la fórmula aconsejada por la mayoría de los autores.
Este hecho y su incapacidad para conectar los síntomas con causas psíquicas, provocan grandes dificultades en el tratamiento. Así, conseguir una buena relación médico-paciente es imprescindible para interrumpir el característico peregrinar de médico en médico.
Las exploraciones complementarias deben realizarse en la medida en que sea preciso descartar un trastorno somático, teniendo en cuenta que su repetición innecesaria, lejos de tranquilizar al paciente, reafirmará su convencimiento de enfermedad.
La psicoterapia de apoyo, asociada al tratamiento farmacológico de los síntomas ansioso-depresivos que por su cronicidad suelen acompañar a los somáticos, parece ser la fórmula aconsejada por la mayoría de los autores.
En los trastornos
por somatización, disociativo y conversivo es importante disminuir, mediante la
intervención del médico sobre el ambiente, la ganancia que el paciente obtiene
con el rol de enfermo en aras de evitar la cronicidad y la progresiva
desadaptación sociofamiliar.
Por lo que a la
personalidad histérica se refiere, aunque no exenta de dificultades, la
psicoterapia es la medida terapéutica que mayores beneficios ofrece.
La personalidad histérica:
Durante varios
siglos se consideró a la histeria como una alteración que era ocasionada por
alteraciones físicas del organismo.
Los griegos atribuían las manifestaciones histéricas a movimientos anormales del útero (hísteroútero). Gracias a los estudios de Charcot, Janet y Freud fue posible llegar a la comprensión sobre la naturaleza del comportamiento histérico.
Los griegos atribuían las manifestaciones histéricas a movimientos anormales del útero (hísteroútero). Gracias a los estudios de Charcot, Janet y Freud fue posible llegar a la comprensión sobre la naturaleza del comportamiento histérico.
Sus características son:
Teatralidad: Hacen gala de
dramatismo y circunstancialidad en sus comportamientos.
Narcisismo: Narciso fue
otro personaje de la mitología griega que Freud adoptó para nombrar esta
característica. Muestran una notable preocupación por sí mismos con cierta
indiferencia por los demás a menos que se gratifiquen sus demandas de elogio.
Labilidad emocional: Exhiben o
demuestran una notable facilidad de cambio en su expresión emocional. Tan
fácilmente como ríen muestran ánimo triste.
Manipulación: Con gran
habilidad logran obtener de otras personas lo que se proponen, acudiendo a
gestos de autodestrucción en caso de frustración
Relaciones interpersonales superficiales:
Alejan la amistad cuando ésta empieza a profundizar en la intimidad. Tendencia a
manifestar en actuaciones autodestructivas sus frustraciones por poca
tolerancia hacia las mismas. Hay escenas que tienen la "Belle indiferance" (bella indiferencia), es decir que pasan por la vida mostrándose indiferentes a lo que ocurre, evitando comprometerse emocionalmente
Dependencia acentuada de las personas con autoridad:
Combinada con una actitud de demanda obligatoria.
Seducción: Manifestaciones
de abierta coquetería y alteración psicológica de la respuesta sexual. Escenas de seducción. Algunos sujetos se interesan en despertar el deseo del otro, que el otro se preocupe por ellos. Una vez que logran atraer al otro, luego lo frustran. Se hacen desear.
Ingenuidad
Infantilismo
Exhibicionismo
Sugestibilidad
Tendencia o condición para la sugestión (Son altamente sugestionables).
Son
sensibles, susceptibles, quisquillosos, se hacen las víctimas
Altamente
insatisfechos (nada les alcanza ni los conforma).
En algunos casos
se combina otra característica: el hiperconsumo medicamentoso y médico
Mitomanía
Alteraciones
sexuales
Tipos de histeria.
Conversiva: Se manifiesta a
través de alteraciones del sistema motor. Ej: Anna O.
Disociativa: Es la
separación del afecto del estado de consciencia, donde hay alteración de la
memoria, la identidad y a veces también del comportamiento motor.
Excelente articulo, gracias. Me ha ayudado mucho a entender el problema que padece mi esposa.
ResponderEliminarLH
Atención con esta patología, la histeria no es solo femenina.
EliminarLos rasgos pueden ser diferentes en mujer y hombre, pero ambos lo pueden padecer en cierto grado, sobre todo al ser pareja.
Es recomendable psicoanalizar a ambos integrantes.