Se
suele confundir
la tristeza con la depresión.
Por ello, aclaremos las diferencias entre un estado y otro:
la
tristeza
es un estado de ánimo que se experimenta ante situaciones adversas,
es de corta duración y no hay alteración en lo profundo.
La
depresión
excede
a la tristeza en intensidad y es una alteración psicofísica que
constituye una enfermedad.
Factores
de riesgo
Hay
que tener en cuenta que ninguno de estos factores es necesario o
suficiente por sí solo:
1)
Las
mujeres con
antecedentes familiares de entidad depresiva triplican
el riesgo con
respecto a otros individuos.
2) Exceso de eventos estresantes, pérdidas en los últimos seis meses a la aparición del cuadro.
3) Rasgos de personalidad: introversión, dependencia, fragilidad emocional.
2) Exceso de eventos estresantes, pérdidas en los últimos seis meses a la aparición del cuadro.
3) Rasgos de personalidad: introversión, dependencia, fragilidad emocional.
Los
síntomas (conjuntos
de vivencias que tiene una persona) aparecen en forma lenta y con una
apariencia benigna.
Comienza
como una apatía inespecífica o un descenso en los comportamientos
habituales, o alteraciones a nivel del sueño.
Al cabo de pocos días puede aparecer el cuadro completo.
El término DEPRESIÓN viene del latín depressus, que significa abatido, derribado.
estado anímico negativo, bajo, con pérdida de interés por las diversas actividades y sensación de incapacidad o inutilidad para afrontar las diversas demandas cotidianas que todo ello le produce al sujeto una apreciación de su propia persona muy negativa, que incrementa los sentimientos de indefensión y desesperanza por el futuro, propiciando actitudes muy negativas y pesimistas con el entorno, a las que a veces nos cuesta ponerle nombre.
Síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida. Aunque ése es el núcleo principal de síntomas, la depresión también puede expresarse a través de afecciones de tipo cognitivo, volitivo o incluso somático.
Este
trastorno psicológico se manifiesta en tres niveles de respuesta: en
el cognitivo, que es el pensamiento de la persona, en el
fisiológico/emocional, y en el motor. Estos dos últimos forman
parte de la conducta observable por el resto».
A
nivel cognitivo o del pensamiento: La manera de observar el mundo
y los diversos acontecimientos es muy pesimista y negativa.
Es
como si viviéramos en un túnel muy oscuro, donde no encontramos
sentido ni aliciente en la vida, y donde mantenemos un elevado nivel
de desesperanza sobre nuestro futuro. Todo ello ello nos induce a
pensar que la vida es absurda, y que no merece la pena continuar
formando parte de ella. Nos volvemos susceptibles a la opinión de
los demás, interpretando con frecuencia que seremos rechazados.
La
idea que tenemos sobre nosotros es muy negativa. Observamos que todo
nos cuesta mucho esfuerzo, que no somos capaces, como otras personas
de nuestro entorno, de atender a las diversas demandas cotidianas.
Por ello nos sentimos inútiles y una carga para los demás, lo que
hace que experimentemos intensos sentimientos de culpabilidad.
Esto
hace que sea posible que las ideas suicidas empiecen a aparecer como
posible solución a nuestra desesperada situación.
En
casos de mayor gravedad pueden aparecer incluso ideas delirantes y
alucinaciones.
A
nivel fisiológico/emocional: Nos
inunda un sentimiento profundo de tristeza, con explosiones de llanto
incontroladas. Nos sentimos muy cansados, agotados...
Aparecen
alteraciones del sueño: insomnio o hipersomnia (dormir en exceso).
Perdemos el apetito y el deseo sexual.
En
muchas ocasiones se presentan también problemas de ansiedad y
taquicardia, con sensaciones de opresión en el pecho.
A
nivel motor o del comportamiento: La
inactividad o pasividad es la principal característica de la persona
deprimida. Tendemos a aislarnos socialmente. Perdemos el interés por
actividades que en el pasado nos satisfacían.
Nuestro
modo de actuar, en general, se manifiesta enlentecido. La evitación
se convierte en la respuesta más frecuente, se evita el contacto
social, las actividades cotidianas, incluso se puede dejar de ir al
trabajo, o efectuar determinados comportamientos para afrontar los
problemas.
En
el trastorno bipolar o trastorno maníaco-depresivo,la
fase maníaca se caracteriza por comportamientos en el extremo
opuesto de los citados anteriormente.
Aparece
un sentimiento de euforia excesiva, falta de inhibición ante
comportamientos que entrañan un riesgo, sin valorar posibles
consecuencias negativas.
Disminución
de la necesidad de sueño.Pensamientos acelerados. Aumento de la
autoestima, con ideas de grandeza.
Excesiva
locuacidad (conversación excesiva). Aumento del deseo sexual.
Comportamientos inapropiados en situaciones sociales, o implicación
excesiva en actividades placenteras, sin valorar posibles
repercusiones negativas.
En
general, la persona se siente con una fuente de energía excesiva,
con inusual agudeza o creatividad del pensamiento.
LOS SÍNTOMAS
- Síntomas del trastorno depresivo
1. Estado de ánimo triste. Los pacientes se encuentran desesperanzados, sin alegría; no tienen interés en progresar en el futuro. Para ellos el medio ambiente es gris y descolorido. Dicen que “todo está vacío, muerto.”
- 2. Angustia- irritabilidad. Los pacientes manifiestan angustia y la mayoría de las veces se trata de una angustia o temor indeterminado. En algunos pacientes aparece en primer plano un trastorno disfórico, se encuentran animados e irritables. Este malhumor puede desembocar en una situación de agresividad.
- 3. Trastornos vitales. Las sensaciones somáticas se encuentran trastornadas; la angustia y la tristeza se perciben corporalmente. El trastorno se manifiesta como sensación de opresión. Los pacientes se quejan de cansancio constante, falta de fuerza y falta de energía.
- 4. Trastornos de sueño. El inicio de un padecimiento depresivo corre frecuentemente paralelo con trastornos para conciliar el sueño. Luego, los trastornos del ritmo, producen un despertar prematuro. Los pacientes se encuentran cansados por la mañana y se sienten agotados.
- 5. Variaciones del estado de ánimo en el curso del día. Muy temprano por la mañana y a medio día, los pacientes muestran especialmente marcados los síntomas depresivos. Se aprecia una lentitud general, hay dificultad para ejecutar los movimientos y ausencia de fuerza.
- 6. Inhibición psicomotora. Los pacientes con inhibición psicomotora sólo muestran escasos movimientos espontáneos. Parecen exentos de iniciativa.
- 7. Agitación psicomotora. Se muestran inquietos y estimulados. No pueden sentarse sin moverse. Los movimientos no tienen objetivo. Este estado de agitación se acompaña frecuentemente de quejas sobre el estado de salud y un estado de ánimo temeroso.
- 8. Inhibición del pensamiento. El pensamiento es uniforme e improductivo y gira generalmente alrededor de la enfermedad. La intensidad de los pensamientos se encuentra marcadamente disminuida y la concentración también disminuye en forma considerable.
- 9. Ideas delirantes. En la depresión existen imaginativamente creencias patológicas típicas: el delirio hipocondríaco, el delirio de pobreza y el delirio de culpa. Los más frecuentes son los temores hipocondríacos: los pacientes creen, por ejemplo, que son enfermos orgánicos incurables.
TRATAMIENTO DEL TRASTORNO DEPRESIVO
El objetivo más importante en el tratamiento de un paciente deprimido es la desaparición de la sintomatología depresiva. Para ello es necesario que la persona acceda a un tratamiento psicológico, y a un tratamiento psicofarmacológico.
Es preciso reseñar también que estas personas tienden a tener unas ideas acerca de la muerte, que puede provocarles ideas suicidas.
Puede aparecer acompañada de varios síntomas concomitantes, incluidas las perturbaciones del sueño y de la comida, la pérdida de iniciativa, el autocastigo, el abandono, la inactividad y la incapacidad para el placer.
La depresión, el más frecuente de todos los trastornos mentales, afecta a hombres y a mujeres de cualquier edad y clase social, aunque las mujeres, y las personas en ciertos periodos del ciclo vital (adolescencia, menopausia y andropausia, y en general los periodos de crisis o cambios importantes) parecen ser las más afectadas.
TIPOLOGÍA DE LA DEPRESIÓN
En psicopatología se reconocen dos grandes categorías dentro de la depresión, aunque en ambos la perturbación del estado de ánimo es el síntoma principal.
· El trastorno depresivo, aparecen sólo episodios de depresión.
· Depresión bipolar o síndromes maníaco-depresivos, se alternan periodos depresivos con otros de ánimo exaltado y euforia (manía).
En las depresiones simples o en las fases depresivas de las bipolares, domina el ánimo depresivo, aunque el paciente puede no ser consciente de su tristeza. Suele haber pérdida de interés y abandono de las actividades habituales, y los síntomas pueden incluir: perturbaciones del sueño, pérdidas de apetito o apetito desmedido, incapacidad para concentrarse o para tomar decisiones, lentitud de ideación y energía decaída, sentimientos de inutilidad, culpa, desesperación y desprecio de uno mismo, disminución del interés sexual e ideas recurrentes de suicidio y muerte, que en ocasiones pueden llevar efectivamente al suicidio.
En la fase maníaca, el ánimo del paciente es elevado, exaltado, expansivo o irritable. El comportamiento es extravagante y en ocasiones ofensivo. Otros síntomas son el exceso de locuacidad, la fuga de ideas, las ideas de grandeza, una actividad sexual, social y laboral excesiva, incapacidad de concentración, pérdida del juicio y disminución desmedida del sueño.
APARICIÓN
Los trastornos depresivos tienen una predisposición de tipo genético, por lo que el riesgo de sufrir un trastorno de este tipo es mayor en las familias de pacientes depresivos.
Los estudios realizados hasta la fecha han sugerido también que la predisposición genética a la depresión puede estar ligada a una sensibilidad anormal ante un neurotransmisor, la acetilcolina, en el cerebro. Los receptores de esta sustancia se han encontrado en mayor número en la piel, por ejemplo, de quienes sufren depresiones.
TRATAMIENTO
Fototerapia
Una fuente luminosa colocada en el dormitorio de un paciente con un desequilibrio afectivo estacional puede ayudar a superar los síntomas de depresión y de abulia durante los meses de invierno. Se sostiene que la terapia por la luz reduce los niveles de la hormona llamada melatonina.
Los trastornos depresivos son, por fortuna, los que presentan más tratamientos en psiquiatría, haber sido ligado con la disfunción de dos de los principales sistemas de neurotransmisores cerebral, la serotonina y la noradrenalina, por lo que se emplean dos tipos de fármacos:
· Los antidepresivos tricíclicos y tetracíclicos
· Los inhibidores de la MAO (monoaminooxidasa).
Estos últimos requieren una dieta especial porque interactúan con la triamina, que aparece en los quesos, la cerveza, el vino, el hígado de pollo y otros alimentos, causando además un aumento de la tensión arterial.
Los antidepresivos tricíclicos no requieren una dieta especial, pero tienen un efecto tóxico sobre el tejido cardiaco.
Ambos tipos de fármacos actúan bloqueando la reabsorción de la serotonina y la noradrenalina en las neuronas, prolongando así los efectos de estos transmisores.
Un avance en la farmacoterapia de la depresión ha sido el Prozac (fluoxetina), que inhibe la reabsorción de la serotonina en el cerebro. Introducido en 1986, este fármaco ha sido prescrito a más de 10 millones de personas en todo el mundo hasta 1994.
Otro antidepresivo reciente, el Efexor (venlafaxina), actúa bloqueando la reabsorción tanto de serotonina como de nonadrenalina en el cerebro, y se supone que tiene menos efectos secundarios. Ha mostrado su eficacia en el tratamiento de diversos tipos de depresión.
También se emplea el carbonato de litio, un mineral común, para controlar las fases maníacas de las enfermedades maníaco depresivo. En pequeñas dosis, también se emplea para controlar las fluctuaciones anímicas de este trastorno bipolar.
La terapia electroconvulsiva o electroshock, terapia de choque, pese a sus riesgos y efectos secundarios se sigue utilizando en depresiones que no responden a la farmacoterapia antes descrita.
En el otro extremo de este tratamiento agresivo estaría la psicoterapia, válida como seguimiento, tratamiento complementario y como prevención de las depresiones graves, así como para combatir las depresiones más leves (conocidas como depresiones neuróticas, por oposición a las psicóticas). La psicoterapia de diversos tipos, según varios paradigmas teóricos (desde los conductistas a los psicoanalíticos) cuenta con abundante apoyo empírico y clínico que la avalan como tratamiento optativo, ya que muchos trastornos depresivos tienen sus orígenes no tanto en disfunciones orgánicas sino en factores psicosociales (emocionales, conductuales y cognitivos) e incluso culturales.
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