A medida que envejecemos, nos resulta más costoso aprender
idiomas, memorizar datos... Un estudio sugiere que es debido a que el cerebro
pierde la capacidad de filtrar solo lo relevante y de eliminar información
vieja y obsoleta, más que a las dificultades para almacenar nuevos contenidos.
Este fenómeno guarda relación con el funcionamiento del
receptor NMDA del hipocampo del cerebro, que se comporta como un interruptor
para el aprendizaje y la memoria. Cuenta con dos subunidades: NR2B, que se
expresa más en niños y permite a las neuronas comunicarse durante más tiempo; y
NR2A, que empieza a aumentar su ratio a partir de la pubertad y va ganándole
terreno al NR2B a medida que envejecemos. Simulando las proporciones propias de
un adulto en ratones -es decir, más NR2A y menos NR2B-, los científicos
comprobaron que los animales no eran capaces de debilitar selectivamente
ciertas conexiones neuronales ya existentes (un proceso llamado "depresión
a largo plazo"). Sin embargo, su cerebro conserva intacta la capacidad
para establecer conexiones neuronales y formar recuerdos a corto plazo.
Si en el cerebro solo se fortalecen sinapsis y nunca se
liberan del ruido que crea la información que ha dejado de ser útil, surgen
serios problemas. Esto dejaría a las neuronas sin posibilidad de seguir
"esculpiéndose" para almacenar información nueva. Y podría estar
relacionado con el alzhéimer y la demencia senil.
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