El maltrato a los niños es un problema universal que ha
existido desde tiempos remotos, sin embargo es en el siglo XX con la
declaración de los derechos del niño (O.N.U. 1959), cuando se le
considera como un delito y un problema de profundas repercusiones
psicológicas, sociales, éticas, legales y médicas.
La investigación norteamericana sitúa el comienzo de la
sensibilización mundial cuando investigadores como Kempe, Silverman,
Steele, y otros, en 1962 etiquetaron el llamado Sindrome del niño
maltratado.
Definición y clasificación del maltrato infantil
No existe una definición única de maltrato infantil, ni una
delimitación clara y precisa de sus expresiones. Sin embargo, lo más
aceptado como definición es todas aquellas acciones que van en contra
de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y emocional del niño,
cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad. Ello
supone la existencia de un maltrato físico, negligencia, maltrato
psicológico o un abuso sexual. (NCCAN, 1988). Esta definición está en
concordancia con la existente en el manual de psiquiatría DSM-IV.
1. El maltrato físico
Este tipo de maltrato abarca una serie de actos perpetrados
utilizando la fuerza física de modo inapropiado y excesivo. Es decir, es
aquel conjunto de acciones no accidentales ocasionados por adultos
(padres, tutores, maestros, etc.), que originan en el niño un daño
físico o enfermedad manifiesta. Aquí se incluyen golpes, arañazos,
fracturas, pinchazos, quemaduras, mordeduras, sacudidas violentas, etc.
2. La negligencia o abandono
La negligencia es una falta de responsabilidad parental que
ocasiona una omisión ante aquellas necesidades para su supervivencia y
que no son satisfechas temporal o permanentemente por los padres,
cuidadores o tutores. Comprende una vigilancia deficiente, descuido,
privación de alimentos, incumplimiento de tratamiento médico,
impedimento a la educación, etc.
3. El maltrato emocional
Es aquel conjunto de manifestaciones crónicas, persistentes y
muy destructivas que amenazan el normal desarrollo psicológico del
niño. Estas conductas comprenden insultos, desprecios, rechazos,
indiferencia, confinamientos, amenazas, en fin, toda clase de hostilidad
verbal hacia el niño. Este tipo de maltrato, ocasiona que en los
primeros años del niño, éste no pueda desarrollar adecuadamente el
apego, y en los años posteriores se sienta excluido del ambiente
familiar y social, afectando su autoestima y sus habilidades sociales.
4. El abuso sexual
Es uno de los tipos de maltrato que implica mayores
dificultades a la hora de estudiar. Consiste en aquellas relaciones
sexuales, que mantiene un niño o una niña (menor de 18 años) con un
adulto o con un niño de más edad, para las que no está preparado
evolutivamente y en las cuales se establece una relación de
sometimiento, poder y autoridad sobre la víctima.
Las formas más comunes de abuso sexual son: el incesto, la
violación, la vejación y la explotación sexual. También incluye la
solicitud indecente sin contacto físico o seducción verbal explícita,
la realización de acto sexual o masturbación en presencia de un niño y
la exposición de órganos sexuales a un niño.
El maltratador habitualmente es un hombre (padre, padrastro,
otro familiar, compañero sentimental de la madre u otro varón conocido
de la familia). Raramente es la madre, cuidadora u otra mujer
conocida por el niño.
Otro tipo de maltrato infantil es el llamado Sindrome de
Münchausen por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o
producirla por la administración de sustancias y medicamentos no
prescritos.
Generalmente se trata de un niño en la edad de
lactante-preescolar (edad media de 3 años). Los signos y síntomas
aparecen solamente en presencia de la madre (habitualmente el
perpetrador del abuso), son de causa inexplicable y los exámenes
complementarios no aclaran el diagnóstico. Este sindrome presenta una
mortalidad entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar lugar a
desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales.
Además se debe incluir el maltrato prenatal, definido como
aquellas circunstancias de vida de la madre, siempre que exista
voluntariedad o negligencia, que influyen negativa y patológicamente
en el embarazo, parto y repercuten en el feto. Tales como: rechazo del
embarazo, falta de control y seguimiento médico del embarazo,
negligencia personal en la alimentación e higiene, medicaciones
excesivas o no prescritas, consumo de alcohol, drogas y tabaco,
exposición a radiaciones, y otras.
En los últimos tiempos se habla de maltrato institucional,
que consiste en cualquier legislación, programa o procedimiento, ya
sea por acción o por omisión, procedente de poderes públicos o
privados, por profesionales al amparo de la institución, que vulnere
los derechos básicos del menor, con o sin contacto directo con el
niño.
Cada uno de estos tipos de maltrato infantil presentan
indicadores físicos y conductuales en el menor maltratado, así como
indicadores conductuales y actitudes del maltratador, lo cual ayuda en
su diagnóstico.
Las causas del maltrato infantil
Los estudiosos del tema del maltrato infantil han tratado de
explicar su aparición y mantenimiento utilizando diversos modelos, así
tenemos:
- el modelo sociológico, que considera que el abandono físico es consecuencia de situaciones de carencia económica o de situaciones de aislamiento social (Wolock y Horowitz, 1984);
- el modelo cognitivo, que lo entiende como una situación de desprotección que se produce como consecuencia de distorsiones cognitivas, expectativas y percepciones inadecuadas de los progenitores/cuidadores en relación a los menores a su cargo (Larrance, 1983);
- el modelo psiquiátrico, que considera que el maltrato infantil es consecuencia de la existencia de psicopatología en los padres (Polansky, 1985); el modelo del procesamiento de la información, que plantea la existencia de un estilo peculiar de procesamiento en las familias con menores en situación de abandono físico o negligencia infantil (Crittender, 1993); y por último
- el modelo de afrontamiento del estrés, que hace referencia a la forma de evaluar y percibir las situaciones y/o sucesos estresantes por parte de estas familias (Hilson y Kuiper, 1994).
En la actualidad el modelo etiopatogénico que mejor explica
el maltrato infantil, es el modelo integral del maltrato infantil.
Este modelo considera la existencia de diferentes niveles ecológicos
que están encajados unos dentro de otros interactuando en una
dimensión temporal.
Existen en este modelo factores compensatorios que actuarían según un modelo de afrontamiento, impidiendo que los factores estresores que se producen en las familias desencadenen una respuesta agresiva hacia sus miembros.
La progresiva disminución de los factores compensatorios podría explicar la espiral de violencia intrafamiliar que se produce en el fenómeno del maltrato infantil. Entre los factores compensatorios se señalan: armonía marital, planificación familiar, satisfacción personal, escasos sucesos vitales estresantes, intervenciones terapéuticas familiares, apego materno/paterno al hijo, apoyo social, buena condición financiera, acceso a programas sanitarios adecuados, etc.
Entre los factores estresores se cuentan: historia familiar de abuso, disarmonía familiar, baja autoestima, trastornos físicos y psíquicos en los padres, farmacodependencia, hijos no deseados, padre no biológico, madre no protectora, ausencia de control prenatal, desempleo, bajo nivel social y económico, promiscuidad, etc.
Existen en este modelo factores compensatorios que actuarían según un modelo de afrontamiento, impidiendo que los factores estresores que se producen en las familias desencadenen una respuesta agresiva hacia sus miembros.
La progresiva disminución de los factores compensatorios podría explicar la espiral de violencia intrafamiliar que se produce en el fenómeno del maltrato infantil. Entre los factores compensatorios se señalan: armonía marital, planificación familiar, satisfacción personal, escasos sucesos vitales estresantes, intervenciones terapéuticas familiares, apego materno/paterno al hijo, apoyo social, buena condición financiera, acceso a programas sanitarios adecuados, etc.
Entre los factores estresores se cuentan: historia familiar de abuso, disarmonía familiar, baja autoestima, trastornos físicos y psíquicos en los padres, farmacodependencia, hijos no deseados, padre no biológico, madre no protectora, ausencia de control prenatal, desempleo, bajo nivel social y económico, promiscuidad, etc.
Consecuencias del maltrato infantil
Independientemente de las secuelas físicas que desencadena
directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos
los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductores,
emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de las
estas secuelas depende de:
- Intensidad y frecuencia del maltrato.
- Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades sociales, etc).
- El uso o no de la violencia física.
- Relación del niño con el agresor.
- Apoyo intrafamiliar a la víctima infantil.
- Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.
En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan
repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y en
la autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del sueño,
cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres,
deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos.
En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad, problemas de relación interpersonal.
Diversos estudios señalan que el maltrato continúa de una
generación a la siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto
riesgo de ser perpetuador de maltrato en la etapa adulta.
Prevención del maltrato infantil y actuación del pediatra.
Los pediatras, al ser los profesionales de salud que están en
mayor contacto con los niños, son los llamados a realizar la
prevención del maltrato infantil, además de establecer diagnósticos y
junto con un equipo multidisciplinario colaborar en su tratamiento.
Los pediatras se encuentran en una posición favorable para detectar niños en situación de riesgo (sobre todo en menores de 5 años, la población más vulnerable), a partir de esta edad los maestros comienzan a tener un papel principal en la prevención y diagnóstico.
La prevención del maltrato infantil se establece en tres niveles:
Prevención Primaria: dirigida a la población
general con el objetivo de evitar la presencia de factores estresores o
de riesgo y potenciar los factores protectores del maltrato infantil.
Se incluyen:
- Sensibilización y formación de profesionales de atención al menor.
- Intervenir en la psicoprofilaxis obstétrica (preparación al parto).
Intervenir en las escuelas para padres, promoviendo valores de estima hacia la infancia, la mujer y la paternidad. - Prevenir el embarazo no deseado, principalmente en mujeres jóvenes, mediante la educación sexual en centros escolares y asistenciales.
- Búsqueda sistemática de factores de riesgo en las consultas de niño sano. Así como evaluar la calidad del vínculo afectivo padres-hijos, los cuidados del niño, actitud de los padres en la aplicación del binomio autoridad-afecto.
- Intervenir en las consultas y exponer los derechos de los niños y la inconveniencia de los castigos físicos. Ofrecer la alternativa de la aplicación del castigo conductual.
- Identificar los valores y fortalezas de los padres, reforzando su autoestima.
Prevención Secundaria: dirigida a la
población de riesgo con el objetivo de realizar un diagnóstico
temprano y un tratamiento inmediato. Atenuar los factores de riesgo
presentes y potenciar los factores protectores.
Se incluyen:
- Reconocer situaciones de maltrato infantil, estableciendo estrategias de tratamiento.
- Reconocer situaciones de violencia doméstica o de abuso a la mujer y buscar soluciones.
- Reconocer las conductas paternas de maltrato físico o emocional, considerando la remisión de la familia a una ayuda especializada en el manejo de la ira y la frustración.
- Remitir a centros de salud mental a padres con adicción a alcohol y drogas.
Prevención Terciaria: consiste en la
rehabilitación del maltrato infantil, tanto para los menores víctimas
como para los maltratadores. Para ello se debe disponer de un equipo
interdisciplinario (pediatras, psiquiatras, psicólogos, trabajadores
sociales, orientadores familiares, terapeutas, jueces de menores,
cuerpos policiales, etc.).
EL MALTRATO INFANTIL ES UN PROBLEMA DE TODOS.
A continuación les conteremos un hecho real, donde una mujer golpea cruelmente a su hijo.
Los hechos ocurrieron en Petaling Jaya, en Malasia y según la página de Internet, la policía local hizo una declaración en la que explican que la fémina fue arrestada el mismo día del incidente.
En cuatro minutos la mujer golpea a la criatura con una almohada, lo pellizca, le pega en la cabeza, lo patea en el costado y hasta le pega con un celular, mientras el bebé está sobre una cama llorando y tratando de huir de los golpes.
Esa mujer no debería tener más hijos, es más ese bb debería serle arrebatado xq no vale como persona esa mujer..! que horror..!
ResponderEliminarCon mi disculpa a la féminas pero las autoridades se tapan los ojos cuando la abusadora es mujer, no siempre el varón es el perpetrador de la violencia, las mujeres en casi todo son mas discretas y no dejan evidencia que las incrimine.
ResponderEliminarEn mi país la leyes están mal hechas. Es Chile.
ResponderEliminarLos jueces no saben de psicología y del daño que causan las leyes de protección a la mujer. Muchas cometen el error de envenenar a los hijos contra el padre y alejarlos legalmente de ellos por su propio odio. Esto provoca serios trastornos en los niños: vean esto, http://juanmoisesdelaserna.es/psicologia/consecuencias-en-los-hijos-de-un-padre-ausente
Vean esto: http://juanmoisesdelaserna.es/psicologia/consecuencias-en-los-hijos-de-un-padre-ausente
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