¿Qué
es?
La observación de casos repetidos de mayores con comportamientos extremadamente huraños que vivían recluidos en sus propios hogares y rehuían cualquier contacto con otras personas motivó la aparición en la década de los 60 de un trabajo científico que detallaba este extraño patrón de conducta.
En
1975 fue bautizado como Síndrome de Diógenes, en referencia a
Diógenes de Sínope, un filósofo de la época de Aristóteles
famoso por preconizar un modo de vida austero y renunciar a todo tipo
de comodidades.
Síntomas
de Síndrome de Diógenes
- Aislamiento social
- Reclusión en el propio hogar
- Abandono de la higiene son las principales pautas de conducta.
- Las personas que lo sufren pueden llegar a acumular grandes cantidades de basura en sus domicilios.
- Vivir voluntariamente en condiciones de pobreza extrema.
- El anciano suele mostrar una absoluta negligencia en su autocuidado y en la limpieza del hogar.
- Suelen reunir grandes cantidades de dinero en su casa o en el banco sin tener conciencia de lo que poseen. Por el contrario, piensan que su situación es de pobreza extrema, lo que les induce a ahorrar y guardar artículos sin ninguna utilidad.
- Es frecuente que almacenen cantidades grandísimas de basura y desperdicios sin ninguna utilidad.
- Incluso se han visto casos de personas que atesoraban billetes antiguos sin curso legal, bombonas de butano o latas de pintura.
Un
caso real
Tiene su casa tapada de basura y vive en la vereda.
La
propiedad queda en La Boca, Argentina; su dueño padece Síndrome de Diógenes y
acumula toneladas de residuos; preocupación entre los vecinos.
Las
ratas, cuentan los vecinos, suben por los caños o caminan en hilera
por los alambres del tendal para colgar la ropa mientras que las
cucarachas y otros insectos se filtran por las hendijas. Entre
hierros y chatarra desparramados en la terraza se pasean varios
gatos. Hay otros, muertos, entre la basura. La casa está colapsada
por los residuos compactados en su interior con minuciosa artesanía.
No hay espacio ni para abrir la puerta.
Hace
nueve años, siete camiones de carga se utilizaron para transportar
la basura acumulada allí, en la vivienda de la calle Hernandarias
1317, en La Boca.
En ese momento, a raíz de varias denuncias en
diferentes áreas del gobierno de la ciudad, se realizó un operativo
que llevó alivio a los vecinos. Pero, ahora, la situación empeoró:
el propietario, a quienes los vecinos identificaron como Eduardo
Vilao, volvió a transformar su hogar en una suerte de basural que,
por su volumen, ya ocupa parte de la vereda donde el hombre pasa las
noches en un viejo sillón. Ya no tiene espacio para dormir bajo
techo.
"Por
más denuncias que hagamos es difícil que se entienda el problema;
la mayor cantidad de basura está dentro de la casa y arriba del
techo", dice Marcela Lombardi a LA NACION, desde la terraza de
su casa, con vista a la propiedad de Vilao. "En enero pasado, el
hombre comenzó a sacar la basura a la vereda y no deja que nadie se
la toque", agrega.
La
propiedad que habita con su madre comparte la medianera con el
depósito de desperdicios que se encuentra a 50 metros de una plaza.
Ellas y las personas que viven en las casas linderas son quienes más
sufren las consecuencias de tener cientos de kilos de residuos cerca.
Aunque el problema ya se haya trasladado a la calle.
La
fachada de Hernandarias 1317 casi no se ve. El ingreso principal está
trabado con restos de una puerta verde que tiene pegada una bandera
argentina. En el portón del garaje está atravesado un elástico de
una cama antigua que hace de muralla. En las rejas de la única
ventana que da al exterior comienza una trinchera de bolsas de nylon,
bolsos, mochilas, botellas con agua, juguetes rotos, sillas viejas y
un sillón negro destripado. Todo está protegido por una telaraña
tejida con cientos de finos trazos de tela que aplastan la basura
contra la pared.
"Ese
elástico lo saqué yo y se lo quedó. Era de mi abuelo",
recuerda Lucila Colaneri en la vereda de su casa, pegada al basural.
Ella, al igual que Paola Di Leva y Maximina Pereyra -también
vecinas- realizaron varias denuncias en los últimos meses por
diferentes vías para solicitar una nueva limpieza de la vivienda.
El
gobierno de la ciudad informó que ya se realizaron dos operativos en
el domicilio en cuestión, en los que se retiraron cientos de kilos
de residuos: el primero fue el 8 de septiembre de 2005; el otro se
realizó el 30 de noviembre de 2011. Para ambos fue necesaria una
autorización judicial para ingresar en el domicilio ya que se trata
de una propiedad privada.
Por estos días el Ministerio de Ambiente y
Espacio Público está tramitando una nueva solicitud de intervención
a través de la Procuración General de la Ciudad.
El
hombre, de unos 65 años, padecería lo que se conoce como Síndrome
de Diógenes. "Se trata de un cuadro que reúne cambios
conductuales y sociales que ocurren, generalmente, en personas
mayores que viven aisladas y en estado de abandono personal, extrema
suciedad, apatía, rechazo al contacto social y hostilidad",
explicó a LA NACION el psiquiatra y psicoanalista y miembro de la
Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), Enrique Rozitchner.
"La
acumulación de basura no es percibida con conciencia de enfermedad,
ni con angustia, siendo muy difícil la ayuda y tratamiento",
agregó. "El síndrome puede ser una elección personal o ser el
emergente de una situación social excluyente que obliga a un sujeto
a vivir en su propio mundo. En ocasiones es motivado por enfermedades
psiquiátricas graves tales como la esquizofrenia", aportó su
colega, Gustavo Corra.
Tratamientos
En
primera instancia, el tratamiento para estas personas va dirigido a
tratar las posibles complicaciones derivadas del mal estado
nutricional e higiénico.
Sin embargo, acto seguido es necesario
instaurar medidas preventivas para que el cuadro no vuelva a
repetirse. Para ello se necesita un apoyo social suficiente, a través
de una institución geriátrica o de asistencia domiciliaria.
El
problema es que los propios afectados suelen rechazar la ayuda
social. Si no están incapacitados por motivo de alguna patología
psiquiátrica de base o una demencia, no pueden ser ingresados en una
residencia sin su consentimiento, con lo que termina volviendo a su
tipo de vida anterior.
Otros
datos
Suele
darse en ancianos con cierta tendencia al aislamiento, aunque también
intervienen otros factores estresantes de la edad tardía como las
dificultades económicas o la muerte de un familiar, y sobre todo, la
soledad.
La
posición socioeconómica no protege de su aparición, ya que se
conocen casos de personas que padecían el síndrome que poseían
títulos universitarios, con un alto nivel económico y carreras
profesionales brillantes.
Consejos
a las familias Los familiares deberían vigilar a sus mayores que
viven solos especialmente si han observado algún factor de riesgo,
como un comportamiento huraño o un aislamiento voluntario.
No
obstante, con frecuencia resulta difícil ayudarlos ya que son ellos
los que evitan todo tipo de atención. Esto hace que a veces llegue
incluso a debatirse si se trata realmente de una enfermedad o sólo
un estilo de vida.
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